La actividad teatral se halla vinculada en este momento a los lugares en los que se desarrollan las diversiones populares o las celebraciones religiosas (como el Corpus o la Navidad). A final de siglo, el teatro se introduce también en los palacios, donde se realizan los festejos cortesanos.
Durante esta época destacan fundamentalmente en el teatro religioso Gómez Manrique y Lucas Fernández, y en el teatro renacentista, Juan del Encina, quien refleja la influencia humanista en obras como Égloga de Plácida y Victoriano, donde combina el tono sentimental y los personajes mitológicos. Y además de motivos religiosos, desarrolla una temática profana. Su obra, como la de Lucas Fernández, se sitúa entre la tradición medieval y la del Renacimiento. Pero, sin duda, la obra dramática más importante de esta época es La Celestina, de Fernando de Rojas.
La celestina Fernando de Rojas
Si se tomaron la molestia de escribir dos párrafos, se hubieran esforzado un poco más y habrían dejado un material muy útil. El que piensa en pequeño logra siempre pequeñeces.
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